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jueves, diciembre 18, 2025

Vila-real celebra la Nit de la Xulla, una noche llena de tradición y sabor

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No te pierdas la tradicional Nit de la Xulla en Vila-real. Una fiesta gastronómica con deliciosas chuletas, chorizos y otros manjares típicos.

Anoche, Vila-real volvió a vestirse de fiesta para celebrar la esperada Nit de la Xulla, una de las citas más emblemáticas de las fiestas patronales en honor a la Mare de Déu de Gràcia. Miles de vecinos y peñistas tomaron las calles para disfrutar de esta tradición que, año tras año, une a toda la ciudad en torno a la buena comida y la mejor compañía.

La noche estuvo marcada por el aroma inconfundible de la leña y el fuego, donde se asaron cientos de chuletas, chorizos, longanizas, blanquets, y otros manjares típicos de la gastronomía local. Entre las viandas, no faltaron el tocino y las tradicionales caretas de cerdo, que junto al resto de platos, hicieron las delicias de todos los asistentes.

El alcalde, José Benlloch, acompañado por la reina de las fiestas, Belén Ramos, las damas de honor, la regidora de Festes, Miriam Caravaca, y el presidente de la Junta de Festes, Toni Carmona, participaron activamente en la celebración, recorriendo las calles del municipio junto a la animada música de las xarangues, que llenaron de alegría y ritmo cada rincón de Vila-real.

La celebración comenzó con la VI edición del encuentro para la elaboración de allioli en la plaza Mayor, una actividad que también contó con la participación de diversas autoridades locales y vecinos. Además, se llevó a cabo la recogida de alimentos solidarios, mostrando una vez más el espíritu solidario que caracteriza a esta comunidad.

La Nit de la Xulla, declarada de Interés Turístico Provincial, es sin duda una de las noches más especiales del calendario festivo de Vila-real, una tradición que combina lo mejor de la gastronomía, la música y la convivencia, y que año tras año sigue siendo un punto de encuentro ineludible para los habitantes de la ciudad y los visitantes que se suman a la fiesta.

La velada se prolongó hasta bien entrada la noche, en un ambiente de fraternidad y celebración que dejó patente, una vez más, la fuerza de las tradiciones de Vila-real y su capacidad para reunir a toda una comunidad en torno a su historia y costumbres.