Con la que está cayendo en España, y en especial en la Comunitat Valenciana, es lógico que muchos crean que en esta tierra no hay futuro, pero sí lo hay.
Y lo hay porque aún estamos a tiempo de volver a la senda del crecimiento y la creación de empleo, de la que disfrutábamos hace unos años.
Todo dependerá de si el próximo 28 de mayo los castellonenses, valencianos y alicantinos apuestan por el cambio y conceden en las urnas la mayoría suficiente para que gobierne el único partido que es la alternativa al actual desgobierno del Botànic: el Partido Popular.
Esperemos que así sea, porque hay mucho por hacer y mejorar.
Y es que la situación económica en nuestra Comunitat es preocupante.
En la provincia de Castellón el paro se ha desbocado: al cierre del 2022 la provincia sumó 7.100 nuevos parados y la industria perdió 12.600 ocupados en un año por la crisis de costes energéticos en el sector cerámico, y a día de hoy ya son más de 13.000 los trabajadores de dicho sector afectados por un ERTE, y más de 1.000 ya han sido despedidos.
Y ante esta difícil tesitura, tenemos a los gobiernos regional y nacional sin actuar, sin dar soluciones.
El Gobierno de Sánchez anunció hace dos meses ayudas de 450 millones de euros para todo el sector gasintensivo español, pero no ha llegado ni un euro al sector cerámico, y difícilmente llegará porque las condiciones para acogerse a las ayudas hacen cuasi imposible beneficiarse de las mismas.
Por su parte, el Consell de PSOE y COMPROMIS sigue sin plantarse en Madrid para reivindicar lo que nos corresponde, y con su actitud pasiva desiste de librar la batalla política para salvar a un sector clave para la economía de nuestra región.
Será que Ximo Puig está demasiado ocupado, y preocupado, por el Caso Azud, que investiga la presunta financiación ilegal del PSOE valenciano, que le salpica y lo acorrala.
Y mientras tanto, Alicante sin agua, Valencia sin ampliación del Puerto, Castellón liderando el paro, y la Comunitat sin Corredor Mediterráneo ni financiación autonómica justa. Así estamos, pero no nos resignemos a seguir estando así de mal.
El próximo 28 de mayo podemos cambiar el rumbo de la Comunitat Valenciana, con un nuevo presidente, el popular Carlos Mazón, que ya tiene preparada una reforma fiscal con la que pagaremos menos impuestos y se creará empleo.
Mazón será un President de la Generalitat Valenciana que peleará por un trato justo hacia nuestra tierra, trabajará por una mejor financiación, mejores inversiones e infraestructuras, y por salvar nuestro tejido industrial y su empleo.
Hagamos posible el cambio, y con ello podremos afirmar que en la Comunitat Valenciana sí hay futuro.