El Ayuntamiento de l’Alcora ha finalizado la colocación de un mural cerámico en la calle Ferrerets. Se trata de una obra de 25,5 metros de longitud que pone en valor la rica tradición cerámica del municipio, herencia de la Real Fábrica del Conde de Aranda.
Hoy se ha llevado a cabo la visita oficial, encabezada por el alcalde de l’Alcora, Samuel Falomir, el concejal de Cultura, Carlos Esteban, y otros miembros de la corporación municipal. También han estado presentes representantes de Novalinea, empresa cerámica donante de la obra, a quienes los responsables municipales han agradecido su colaboración y el compromiso demostrado con este importante proyecto para la localidad.
La composición es el resultado del trabajo conjunto entre la concejalía de Cultura, el departamento de diseño de la empresa y el Museu de Ceràmica, que ha facilitado valiosa documentación gráfica. Refleja la diversidad estilística de la Real Fábrica durante su época de mayor esplendor, reproduciendo diseños emblemáticos de su historia.
Además, el mural rinde homenaje a los vendedores alcorinos de cerámica, con un fragmento del bando, que data del 24 de abril de 1727, en el que el Conde de Aranda dictaminó que solo los vecinos de la capital de l’Alcalatén tendrían derecho a comercializar su producción cerámica. Esta medida, impulsada por el conde para proteger la economía y el bienestar de la ciudadanía de l’Alcora, se ha reproducido también en cerámica en uno de los laterales del mural, poniendo en valor la contribución de las familias alcorinas a la producción y comercialización de cerámica desde el siglo XVIII hasta nuestros días.
Así, Esteban ha destacado que esta obra, además de ensalzar el pasado cerámico de l’Alcora, también conecta con el presente, reconociendo el esfuerzo de empresas familiares como Novalinea, que siguen contribuyendo al prestigio de la cerámica alcorina. «Este mural es un ejemplo de cómo la tradición y la modernidad pueden convivir para seguir enriqueciendo nuestro patrimonio cultural», ha señalado.