Vall d’Alba ha puesto este martes el broche final a la conmemoración de su Centenario con un acto público cargado de simbolismo y participación ciudadana. La plaza Mayor se ha convertido en el escenario central de una clausura concebida como encuentro colectivo, en la que pasado, presente y futuro se han entrelazado para despedir un año de celebraciones y abrir un nuevo siglo de historia compartida.
Vecinos y vecinas de todas las edades han tomado parte en un encendido colectivo de cirios que, de forma progresiva, ha dado forma a la imagen del Centenario. Cada llama ha simbolizado una historia, un recuerdo y una generación, iluminando el recorrido del municipio durante cien años y reforzando el vínculo entre quienes han construido Vall d’Alba y quienes continuarán haciéndolo.
El homenaje se ha completado con el lanzamiento de cien carcasas, una por cada año de historia, que han llenado el cielo de luz y color como reconocimiento a las generaciones pasadas, celebración del presente y mensaje de esperanza hacia el futuro.
Valoración institucional del Centenario
Concluidos los actos, la alcaldesa de Vall d’Alba, Marta Barrachina, ha realizado un balance positivo de la conmemoración y ha señalado que “el Centenario ha sido una oportunidad extraordinaria para recordar nuestros orígenes, agradecer el esfuerzo de quienes nos precedieron y reforzar el sentimiento de pertenencia en nuestro pueblo”. La alcaldesa ha subrayado que el aniversario “ha sido vivido de forma muy intensa por los vecinos y vecinas, que han participado activamente en cada una de las propuestas”.
Barrachina ha recordado que “a lo largo del año se han celebrado numerosas actividades culturales, históricas y festivas que han permitido poner en valor el patrimonio material e inmaterial de Vall d’Alba, desde sus tradiciones hasta sus espacios más emblemáticos”. En este sentido, ha destacado que “más allá de los actos, lo más importante ha sido comprobar cómo la ciudadanía ha hecho suyo el Centenario, convirtiéndolo en un ejercicio colectivo de memoria, identidad y convivencia”.
La alcaldesa ha añadido que la imagen final de la plaza Mayor iluminada por los cirios y el sonido de las cien carcasas “resume perfectamente el espíritu de este año: unidad, orgullo compartido y confianza en el futuro que queremos seguir construyendo entre todos”.
Con este acto simbólico y emotivo, Vall d’Alba ha cerrado oficialmente la celebración de sus primeros cien años de historia y afronta un nuevo siglo con la fortaleza de su identidad, la implicación de su ciudadanía y la voluntad de seguir avanzando como un municipio cohesionado y con mirada de futuro.
