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miércoles, diciembre 3, 2025

Pradas en Salvados: «Yo sí estuve donde tenía que estar»

Ejemplo de shortcode con estilo
"Mazón mintió cuando dijo que no le informé del ES-Alert", afirma la exconsellera en una entrevista que reabre el debate sobre la gestión de la DANA.

Salomé Pradas reaparece un año después de la DANA con un objetivo claro: fijar su propia versión tras meses de medias verdades, acusaciones cruzadas y un clima político que —según reconoce— se volvió irrespirable. La exconsellera, que hasta ahora había optado por el silencio, explica que la dimisión de Carlos Mazón fue “determinante” para decidir hablar. “Ha llegado el momento de hacerlo por mí misma”, afirma, consciente de que muchísimas voces habían construido un relato sin ella.

El tono de la conversación es distinto desde el inicio: Pradas ya no busca únicamente defender su gestión, sino reivindicar su presencia en el epicentro de la emergencia. “Yo sí estuve donde tenía que estar”, subraya, mirando directamente al entrevistador. La frase funciona como declaración de principios y como advertencia: no está dispuesta a asumir culpas ajenas.

Una emergencia desbordada y un Gobierno tensionado desde dentro

Para contextualizar su papel, Pradas insiste en que ella ocupaba un rol institucional en un departamento cuya complejidad recae esencialmente en los equipos técnicos. Afirma que no era necesario ser ingeniera hidráulica para dirigir Emergencias —“igual que Illa no era médico”— y recuerda que los especialistas del Centro de Coordinación acumulaban experiencia suficiente para actuar ante un episodio grave. Lo que sí admite es que heredó una estructura que no estaba “todo lo organizada que hubiera sido deseable”, especialmente tras la salida de Vox del área y con sistemas como ARGOS o los bomberos forestales en plena reorganización.

Su relato coincide en parte con las informaciones del documento de Las Provincias, que menciona la retirada de bomberos forestales del barranco del Poyo bajo la dirección del entonces jefe operativo José Miguel Basset, decisión que —según Pradas— se está investigando en la actualidad La exconsellera responsabiliza ….

A partir de ahí, la exconsellera reconstruye el día de la catástrofe. Explica que la CHJ emitió avisos escalonados durante el mediodía señalando que el caudal del Poyo estaba muy por debajo del nivel de peligro, con mediciones de 264 hm³, muy alejadas de los valores que aparecerían horas después. “Era la única entidad que podía informar del caudal”, subraya, remarcando que esos datos condicionaron las primeras decisiones.

La mañana del 29 de octubre: avisos, rescates y un president difícil de localizar

En la reunión del Consell, Pradas ya había advertido de rescates en la Ribera Alta y de lluvia “que no era una gota fría más”. A esa hora, Mazón continuaba con su agenda oficial. Ella asegura que intentó contactarle antes de las 13:00, sin éxito, y que fue el jefe de gabinete, José Manuel Cuenca, quien tomó el relevo de las comunicaciones: “El president está de actos, me vas informando a mí”. Durante buena parte de la tarde, Pradas no supo si esa información llegaba al jefe del Consell.

La situación se complica cuando Cuenca, ya después de varias actualizaciones, le pide expresamente que “no moleste al president”. La frase queda suspendida en la conversación como símbolo de un funcionamiento institucional fallido. La exconsellera admite que en ese momento se limitó a cumplir la instrucción… hasta que la gravedad en Utiel-Requena le llevó a romperla.

A las 16:29, desobedeciendo el mensaje del gabinete, telefonea a Mazón para informarle de que la situación se había tornado crítica. “¿Cómo no iba a saberlo el president?”, se pregunta hoy.

El CECOPI, la falta de información y un debate interno que retrasó el ES-Alert

Cuando Pradas llega al Centro de Coordinación de Emergencias en L’Eliana se encuentra con un escenario que describe como “tenso, pero contenido”. Faltaban datos esenciales. Nadie sabía con certeza qué ocurría en todos los puntos de la red hidrográfica, no había ingenieros hidrológicos en el centro —“el señor Polo sí lo es”— y parte de la información llegaba por llamadas entre administraciones.

Sobre el vídeo en el que dice “no me apetece llamarlo”, en referencia a Polo, explica que su enfado se debía a que “no paraba de titubear”. Pide disculpas por el tono, admitiendo que no reflejaba la actitud que debería tener una institución.

La cronología del ES-Alert es uno de los puntos clave. Según Pradas, el director de Emergencias, Jorge Suárez, planteó la alerta avanzada en torno a las 17:20, pero ella asegura que desconocía la existencia del sistema hasta minutos antes de las 19:00. Defiende que siempre apoyó su envío. El retraso, dice, se debió al choque entre Suárez y el jefe operativo, Maset, quien temía que alertar de una rotura de presa generara un “efecto estampida”. El debate duró cerca de 25 minutos y, después, se sumó la complejidad técnica: el sistema exigía doble validación y ni siquiera encontraban el equipo desde el que emitirlo.

Mientras tanto, la información desde los municipios seguía siendo fragmentaria. Recuerda que, cuando À Punt muestra a las 19:12 la imagen del puente de Picanya desplomándose, Bernabé llama a la alcaldesa de Paiporta. Según la delegada, el pueblo estaba inundándose, pero Pradas afirma que esa advertencia no le llegó nunca al CECOPI.

Un diálogo roto entre la consellera y el president

Uno de los bloques más tensos de la entrevista llega cuando se abordan las llamadas con Mazón. A las 18:16 hablan durante siete minutos. Pradas le transmite que la presa de Forata podría desbordarse en unas horas. El president pregunta hacia dónde discurre el Magro hasta llegar a Cullera. La exconsellera dice desconocer el testimonio del alcalde de Cullera, Jordi Mayor, que definió aquella conversación con un tono sorprendentemente afable. “Me cuesta creerlo”, afirma.

A lo largo de la tarde, cada vez que intenta contactar con Mazón para informarle de nuevas decisiones —entre ellas la activación del ES-Alert o el posible paso a nivel 3—, no obtiene respuesta. Y es ahí cuando lanza una de las acusaciones más duras: “Mazón mintió cuando dijo que no le informé del ES-Alert”. La frase cae como un peso político concreto, nítido y sin ambigüedades.

Cuando el president devuelve la llamada, a las 19:47, Pradas le detalla el escenario. Según ella, es entonces cuando el jefe del Consell “empieza a reaccionar” y realiza llamadas a su equipo. Llega al CECOPI a las 20:24. Una hora después, aparece en televisión pidiendo a la población que no salga y que busque zonas altas si vive cerca de cauces.

Después de la tragedia: disputas internas y el relato

Con el paso de los días, Pradas afirma que la consigna interna era clara: “todo se dirige desde Presidencia”. Señala que fue obligada a dar explicaciones en À Punt pese a no querer hacerlo y que la comunicación institucional se centralizó de forma abrupta, incluso cuando todavía no había una portavoz designada.

El desencuentro se agrava cuando, el 8 de noviembre, se entera de que Mazón estuvo con Vilaplana el día de la DANA, información que dice haber recibido con “incredulidad”. Días después, el president la cesa. La conversación, según describe, fue breve y directa: él le comunica que habrá remodelación del Consell; ella responde que la está convirtiendo en una “cabeza de turco”. El distanciamiento es total.

Contactos puntuales con las víctimas

A lo largo de la entrevista, las referencias a las víctimas aparecen como una constante, nunca tratadas como un recurso, sino como el motor emocional de la comparecencia. Pradas admite que contactó con algunas familias a través de redes sociales cuando leyó versiones que no coincidían con lo que vivió. Y subraya: “Creo que necesitan saber la verdad”.

No oculta que no ha superado la falta de información sobre el Poyo y el impacto mortal que tuvo esa laguna de datos. “No voy a poder superar no tener la información del Poyo porque son muchas víctimas”, dice, ya entre lágrimas. Reitera su petición de disculpas, recalca su responsabilidad moral y lamenta la falta de infraestructuras hidráulicas y de un sistema de alerta temprana eficaz.

Sobre el funeral de Estado, entiende la frustración de las familias, aunque rechaza los insultos y espera que el nuevo president emprenda un acercamiento institucional real.

Una conclusión que apunta hacia arriba: lo que Pradas considera el gran fallo

El cierre de la entrevista se construye sobre una sola idea, que condensa el sentido completo de su comparecencia pública:
“El mayor error fue no decirle al president que fuera inmediatamente al CECOPI.”

Una frase que no solo cuestiona decisiones individuales, sino la estructura de funcionamiento de toda la maquinaria institucional durante la emergencia más devastadora que ha vivido la Comunitat Valenciana.