Si se cumplen los plazos, la peana de Sant Blai, de Burriana, podrá estar lista para el mes de noviembre. Esto devolverá a la ciudad uno de sus símbolos más emblemáticos, garantizando al mismo tiempo su conservación a largo plazo y su participación en las tradiciones locales.
En estos momentos, la peana, pieza de gran valor histórico y religioso para Burriana, se encuentra en pleno proceso de restauración a cargo del Servicio de Restauración de la Diputación de Castellón. La intervención tiene como objetivo devolver la integridad física y dimensional a la obra del artista Pascual Julio Fuster, dañada por importantes desperfectos estructurales detectados en 2019.
La magnitud de los daños —valorados en torno a 25.000 euros— impidió este año que la imagen del patrón pudiera ser procesionada a hombros, una tradición que había perdurado durante generaciones en la capital de la Plana Baixa.
Detalles de la intervención
Los especialistas trabajan en una restauración curativa que incluye limpieza superficial, desinsectación con productos específicos, eliminación de elementos ajenos como clavos o tornillos, y limpieza fisicoquímica para retirar suciedad y barnices deteriorados. También se están consolidando grietas y fisuras, recolocando fragmentos originales con pernos internos, y reforzando la policromía con adhesivos naturales y resinas.
Entre las labores más avanzadas figura la reintegración de volúmenes con injertos de madera o masillas, así como la replicación en 3D de elementos decorativos de los escudos, lo que permitirá recuperar partes desaparecidas sin alterar el carácter original de la pieza.
La restauración está supervisada por las especialistas en conservación y restauración Mara Peiró Ronda, Carolina Mai Cerovaz y Nuria Gil Ortuño. Una vez finalizados los trabajos, se elaborará una memoria técnica detallada que documentará todo el proceso.
