El Ayuntamiento de Moncofa ha finalizado el mural que la artista local con proyección internacional, Gabriela Alemany, ha creado en el lateral norte de la ermita de Santa María Magdalena y que está dedicado, precisamente, al desembarco de la efigie de Santa María Magdalena.
El alcalde de Moncofa, Wences Alós Valls, manifiesta que “el Ayuntamiento continua apostando por potenciar la cultura, la historia y el turismo de la localidad de la mano de Gabriela Alemany, pintora local de prestigio internacional”.
La obra se trata de una pieza de casi ocho metros de ancho por seis de alto en la que destacan las tonalidades azules que se mimetizan a la perfección con los blancos originales de la fachada de la ermita. Una decisión de colores ante la que la autora ha destacado que “me preguntaba si era adecuado o no tocar el blanco de los muros de la ermita. Pero como va en la materia misma de la actividad artística el plantearse retos, a la vez que dudaba, me iba formando poco a poco ciertas ideas sobre el modo en que podría minimizar la pérdida que podría suponer mi intervención con alguna ganancia diferente o de un orden superior”, afirma Gabriela Alemany.
El resultado final desvela la imagen de María Magdalena, con un vestido en tonalidades amarillas, llegando a la playa de Moncofa. Se alude a la llegada de la escultura de la santa y patrona del pueblo, unido “a la recepción que ofrecen las gentes de Moncofa a dicho evento” desde un punto de vista interno y espiritual.
Gabriela Alemany, actual comisaria de la Sala María Sorolla de Moncofa que durante todo el verano ha acercado hasta la localidad a pintores de primera línea como Ripollés, Traver Calzada, Francisca Lita o Fandós, no ha estado sola en esta aventura. Y es que, como ella misma ha afirmado: “se trata de un verdadero trabajo en equipo que ha sido posible gracias a la ayuda, apoyo y entrega incondicional de mis compañeros y amigos Evaristo Milán y Vicente Alemany”.
Ante el resultado final, la pintora ha resaltado que “cualquiera que se dedique, de una manera u otra a la creación, reconocerá que la perfección es un espejismo transitorio. Pese a ello, puedo decir que lo he intentado hacer lo mejor que sé y que, en conjunto, estoy satisfecha con el resultado”.
