En un acto de a penas tres cuartos de hora en el Salón de Plenos del ayuntamiento de Castellón, pero tan sintético como eficiente, intenso y emotivo, Marisa Ribes ha recibido el premio Olympia que, desde 1996, concede la ciudad a mujeres que se han destacado en su trayectoria. Y es que como ha asegurado su propia hija, una de las oradoras que junto con una de las nietas de la premiada, ha ocupado el atril, basta preguntar a cualquier castellonense para que sepa o al menos le suene el nombre de Marisa Ribes, y la referencia con cariño.
Quizás por eso, y pese a las múltiples acciones que ha protagonizado a lo largo de sus más de 40 años trabajando por Castellón desde el ámbito público, el acto ha estado impregnado por ese tono sencillo, suave, amable y discreto, exento de grandilocuencias que forman parte del ser de la mujer hoy homenajeada.
Una mujer a la que su propia familia ha querido agradecer los valores transmitidos, en especial en la educación en igualdad y en el compromiso por conseguirla.
Por su parte, la alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco además de recordar su trayectoria y considerarla como “referente”, ha destacado también los logros en igualdad que consiguió en un tiempo donde hablar del poder de las mujeres era impensable.
Visiblemente emocionada, Carrasco ha felicitado a su compañera de partido y después en su discurso le ha agradecido su perseverancia, fuerza y confianza en no ponerse límites a conseguir logros. Como ejemplo, se ha referido no solo al trabajo que Ribes sigue desempeñando sino a la confianza que demostró en la hoy primera edil en el periodo electoral ayudándola y animándola a luchar por conseguir la alcaldía.
En cuanto a la protagonista, en las palabras de la premiada, ha habido referencias a sus comienzos en la lucha porque las mujeres consiguieran su sitio, a la fuerza de las que rompieron tabúes y demostraron su valía y su independencia, pero también a quienes son cuidadoras y se ocupan de otras personas. Situaciones, ejemplos y casos que para quienes conocen personalmente a Marisa Ribes, conforman también una parte muy importante de unas vivencias personales complejas y complicadas que más allá de frenarla le han dado aún más fuerza.
Sin embargo, si un cosa ha marcado su discurso ha sido ese mismo tono de voz, suave, pausado, conciliador, y en ocasiones casi infantil por su dulzura que en absoluto le ha impedido mantener un discurso reivindicativo, por una igualdad y un reconocimiento y visibilidad de las mujeres por el que ha trabajado y lo seguirá haciendo tal como ha asegurado al finalizar su discurso. “Con este premio habéis vuelto a llenar mi cargador de energía, hasta los topes, y seguiré insistiendo para que juntas, para que juntos nos convirtamos en una sociedad igualitaria en la que las mujeres y rompamos los techos de cristal, que aún quedan y abramos nuestras alas sin cortapisas para volar muy alto. Muchas gracias”, ha concluido.
Premios Concurso de Relatos de Mujeres
En este acto también se han dado a conocer públicamente los nombres de las ganadoras del Concurso de Relatos de Mujeres de 2024, siendo el primer premio para la obra de Nuria García bajo el título “Yo no soy esa”. El segundo premio ha sido para Nélida Real.
