domingo, 19 mayo 2024

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El grupo el Rosario, de Castelló, sin toro embolado por primera vez en más de 50 años

Los alrededor de 120 vecinos de este barrio y la asociación que desde hace décadas organiza las fiestas, la segunda semana de octubre, no pueden asumir una responsabilidad que las aseguradoras no cubren

La historia de las aseguradoras a las que no les sale a cuenta asegurar festejos taurinos que ha dejado ya a más de un municipio sin toros, se repite esta vez en uno de los barrios de la capital de la Plana: el grupo el Rosario

Y es que pese a no ser Castelló ciudad un municipio taurino por excelencia, sí que lo es en cambio su distrito marítimo, El Grau, y algunos barrios que por tradición llevan más de medio siglo organizando fiestas “y toro embolado, desde hace más de 50 años”, como comenta orgulloso uno de los vecinos del Rosario.

Este año, sin embargo, la tradición se romperá. Como explican desde la asociación de vecinos El Saboner a Actualitat Valenciana, “por primera vez no vamos a poder hacer toro embolado porque las aseguradoras no lo cubren, bueno, solo dan la cobertura que exige la Ley y eso quiere decir que si pasara algo, los responsables seríamos la asociación, que somos quienes organizamos las fiestas”, explican.

Los alrededor de 120 vecinos que aglutina este grupo de la carretera de l’Alcora están disgustados, aunque les queda el consuelo que aún podrán mantener las vaquillas en las fiestas que celebrarán la segunda semana de octubre.

Aunque quizás algo ajenos a la problemática general que ya se lleva tiempo abordando en la Comunitat Valenciana y que estas últimas semanas se ha materializado en reuniones con aseguradoras y con la intervención del mundo dels ‘bous al carrer’, y de los alcaldes de los municipios más taurinos, el clamor de los vecinos del Rosario es el mismo de todas las peñas y aficionados: que las administraciones competentes medien.

De hecho, cabe recordar que en estos momentos, el debate ya se ha concretado en la cuestión económica de la “factura sanitaria” y en concreto de “quien debe cubrirla”. Como ya quedó claro en el último encuentro entre compañías de seguros y municipios, al fin y al cabo se trata de repartir responsabilidades pero sobre todo posibles gastos, algo que si ya resulta complicado para pueblos pequeños, resulta imposible para una asociación vecinal que ve frustrada, por primera vez en su historia, una de las que había sido sus señas de identidad, en el pequeño universo de las fiestas de barrio.

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