Mientras en estos momentos el foco está puesto en el sector agrícola, y sus manifestaciones y protestas con tractoradas, otro brazo de la economía castellonense, el de la cerámica, sigue reclamando ayudas a los políticos y lanzando llamadas de alerta. Sin embargo, esas ayudas que desde el empresariado tildan de insuficientes, resultan invisibles e inexistentes, según afirman los sindicatos, de cara a los trabajadores.
A pocs semanas de Cevisama, una de las citas claves del sector, los principales sindicatos CCOO y UGT mantienen su calendario de movilizaciones y el día 27 de febrero se plantarán frente a la feria para reivindicar, entre otras cosas, que las ayudas «han de llegar también a los trabajadores».
Pese a desear como parte implicada que la feria «sea un éxito, poruqe eso beneficia a todos», desde CCOO no olvidan que la situación laboral de quienes trabajan en el sector y se han visto afectados también en los últimos años por ERTOS, deja sin mecanismos de compensación a quienes están consumiendo «sus propias prestaciones», por el bien común de la empresa, cuando se acoge a estas situaciones.
De este modo, reiteran la petición que ya se planteará hace meses de que se establezcan algún tipo de excepciones como el denominado mecanismo RED que se estableció con carácter excepcional durante la pandemia y que permitía que no computara el tiempo consumido por los paros temporales. Sin embargo, en este aspecto, no hay que olvidar que también hay una parte de voluntad política, que interviene a la hora de buscar alternativas.
Con todo, la realidad que recuerda el sector sindical es que si se suma la no negociación del convenio, junto con el IPC y demás circunstancias coyunturales que han tenido impacto directo y repercusión en loas trabajadores, en los últimos años, estiman una pérdida de 8,5 puntos en cuanto al poder adquisitivo del personal que trabaja en las azulejeras, según apuntan desde CCOO.
Pese a esto, otra evidencia es que la situación de las grandes firmas respecto las empresas más modestas, en cuanto a su personal, puede ser diametralmente opuesta. De hecho, incluso la participación en ferias como Cevisama, muestra una parte de ese sesgo donde las «distintas ligas» marcan unos objetivos de cuyo cumplimiento puede depender gran parte del futuro. Aún así, aproximadamente ocho de cada diez trabajadoras y trabajadores del sector lo hacen para los grandes grupos, y por tanto la situación para afrontar un posible «reparto» o compensación de medidas que se toman por cuestiones de equilibrio logístico en la producción, parecen no se resultar tan inverosímiles, al menos desde una visión sindical.

