Actualidad Castellón ha recibido esta semana en su Bodeguilla de Magdalena a personajes del ámbito político locales, provinciales y autonómicos. Entre ellos una nutrida representación de Compromís, y el concejal Pau Sancho, edil del ayuntamiento de Castellón, ha confesado como ha cambiado su perspectiva de la Magdalena en su primer año en el consistorio. Sancho ha comentado que hasta ahora había vivido las fiestas como cualquier castellonense, pero que en su primer año concejal las ha vivido “de una forma muy diferente pero muy chula”. En sus palabras, en esta ocasión ha estado “más en la sustancia y todo ha sido bonito y gratificante”.
Respecto a los fallos que han podido haber durante los primeros días de la Magdalena, considera que en fiestas hay que ser benevolente. “Hay cosas mejorables, las haga quien las haga. Hay errores que antes criticaban y ahora lo hacen ellos, pero es comprensible. Esperamos que el equipo de gobierno coordine y mejore estos errores”, ha apuntado.
Respecto a la agresión que se produjo el pasado sábado en un casal de Castellón, ha querido recordar que desde Compromís ya dijeron que “dejar el ámbito de seguridad en un grupo que se considera “fascista” era un peligro“. No obstante, para él que haya un pequeño grupo de gente que lleve a cabo actos fascistas no ha de hacer olvidar que la Magdalena es una fiesta acogedora y llena de paz y armonía.
Joan Baldoví: “Cuando las fiestas son de proximidad como las de Castellón, se viven más intensamente”
También ha pasado por la bodeguilla Joan Baldoví, Sindic de Compromís en Les Corts Valencianes, quien ha resaltado “la proximidad” de las fiestas de la Magdalena. Para él, “cuando unas fiestas son de proximidad y en Castellón se ve esa proximidad, se viven mucho más intensamente”. Además, ha explicado que aunque él proviene de territorio fallero, siempre acude a la Magdalena porque cree que “una de las maneras de querer a tu país es conocer sus fiestas”.
No obstante, ha lamentado “que las fiestas de este año se hayan visto enturbiadas por esa agresión de unos energúmenos que interrumpieron la paz, la alegría y las ganas de vivir de un casal como La Cosa Nostra”. Por eso, Joan Baldoví espera “que el peso de la ley caiga encima de ellos con toda la contundencia y en la Magdalena se hable de alegría”.
