Como estaba previsto, aunque casi en tiempo de descuento, a menos de un mes para el inicio de las fiestas de la Magdalena, el pleno del ayuntamiento de Castellón ha votado la aprobación de los estatutos del ‘món de la festa’.
Lo ha hecho con el voto a favor de PP, Vox y Compromís y la abstención de la bancada del PSPV. El partido, bajo cuyo gobierno ‘cesó’ la Junta de Festes, en una polémica decisión con Pilar Escuder al frente de la concejalía de fiestas en aquel 2019, contra la que hoy ha arremetido con fuerza, y sin ocultar su satisfacción, la entonces presidenta electa del órgano desaparecido y hoy edil de la misma área, Noelia Selma. Un hecho que ella misma ha querido recordar en su intervención.


Cabe recordar que la aprobación de estos estatutos, que implican modificaciones como los órganos a través de los que se escogerá la Junta, ya ha sido anunciada, celebrada y defendida a la par que utilizada en lo político para argumentar que supone «un cumplimiento de la promesa electoral de devolver la autonomía al món de la festa«, como ha recordado en múltiples ocasiones tanto la alcaldesa de la capital de la Plana, como la concejala de fiestas Noelia Selma.
Con todo, la mayoría de las intervenciones se han centrado en lo que implica estos nuevos estatutos para las personas vinculadas directamente a las fiestas. «Los festeros han tenido siempre claro que aunque el control administrativo ha de ser del consistorio al tratarse de dinero público, la parte organizativa de las fiestas ha de ser de los propios festeros», ha proclamado Selma.
Un presunta autonomía que también ha celebrado Arantxa Miralles desde Vox, y Ignasi Gracia desde Compromís. Aunque en este último caso, Garcia ha entrado en la réplica, pese a su apoyo y agradecimiento anterior por hacerles llegar esos estatutos. No obstante ha «matizado» los palabras del concejala popular cuando esta se ha referido a la decisión del anterior equipo de gobierno de suprimir la Junta, por lo que el portavoz de Compromís le ha recordado que ellos llegaron «incluso a votar a favor de una propuesta de la entonces portavoz de la oposición Begoña Carrasco», pero que «como gobierno de coalición», tuvieron que someterse a apoyar puntos en los que podían discrepar.



