El pasado miércoles, 29 de mayo, un grupo de activistas y voluntarias de Acció Ecologista-Agró desplegó una pancarta gigante en la valla publicitaria del aeródromo de la Llosa. Bajo el lema ‘Volar y vivir sin avionetas’ con esta acción directa no violenta, que transcurrió de manera pacífica, los ecologistas pretendían denunciar la permanencia del campo de aviación y las afecciones a la biodiversidad que en plena época de cría y reproducción está provocando en pleno corazón del Marjal de Almenara.
Después de la concentración que AE-Agró protagonizó el pasado mas de abril al aeródromo de la Llosa, por un lado, para exigir a la Consellería de Medio Ambiente el traslado de la instalación tal como establece la normativa autonómica, y de otra, para denunciar la destrucción de la planta protegida ruda de mallada o ruibarbo de pobres (Thalictrum maritimum), las activistas han vuelto a la zona de aviación en acto de protesta.
Concretamente, con motivo de los frecuentes vuelos reportados por Agró en zona de especial protección, un grupo de voluntarias y activistas se desplazaron este miércoles 29 de mayo por la mañana al que ahora han denominado escuela de pilotos para desplegar una pancarta gigante frente al cartel publicitario de la empresa de la cual es principal accionista el propietario del aeródromo y que irónicamente representa la figura espectacular de un flamenco, evidenciando el valor del marjal. Así, desde la entrada se podía leer, a la vez que las aves hacían el itinerario de cada día, ‘Volar y vivir sin avionetas‘.
Con esta acción, el grupo comarcal de Acción Ecologista-Agró Plana Baixa reivindica de nuevo que se haga efectivo el cambio de emplazamiento del espacio de vuelos de ultraligeros, fuera del ámbito de protección de la zona de especial conservación ZEC Marjal de Almenara (ES5223007) y la zona de especial protección para los pájaros ZEPA Marjal y Estaños de Almenara (ES0000450).
Conforme los acuerdos comenzados hace trece años con el Ayuntamiento de la Llosa y los antiguos propietarios, así como el que dicta el Decreto 132/2021, de 1 de octubre, que prevé la designación de la parcela afectada como zona sensible para las aves y que prohíbe la realización de vuelos de 0 a 304,8 metros «a fin de proteger y disminuir las perturbaciones a las especies de pájaros presentes en el ámbito de estas normas».
Parcela donde además, actualmente se prohíben los trabajos de todo tipo en época de reproducción de las aves, es decir, desde el 15 de marzo hasta el 15 de julio, como ocurre en las vecinas propiedades de Fundem, Acción Ecologista-Agró y la reserva de caza de Estanys-La Calçada.
Puesto que, aun así, las instalaciones continúan ubicadas en la zona A de máxima protección y siendo escenario de numerosos vuelos semanales que obstaculicen las habituales rutas de la avifauna característica de la zona húmeda Ramsar. Molestando durante periodo de cría a cercetas pardillas, cigüeñuelas, fochas, ánades reales y patos colorados. Pero sobre todo a las colonias de ardeidos después de los aterrizajes, puesto que en el momento en que los ultraligeros vuelven a elevarse ocupan el espacio que la población de esta especie que vive en la acequia utiliza de paso hacia los arrozales donde buscan comer antes de volver a los nidos.
Por estos motivos, desde Acción Ecologista-Agró insisten en la urgencia de comenzar una conversación con la administración y los actuales propietarios para resolver el conflicto provocado por la permanencia del aeródromo y poder proteger y respetar la biodiversidad de este humedal declarado de importancia internacional.
En este sentido, los ecologistas recuerdan que el pasado 16 de abril ya pidieron una reunión con la Dirección General de Medio natural a fin de lograr que se prohíban los vuelos de forma permanente en esta área sensible para la avifauna.
