La provincia de Castellón mantiene una Navidad muy ligada a la cocina de invierno. En muchas casas, el menú festivo no se entiende sin una olla al fuego, una comida preparada con tiempo y una sobremesa larga. La tradición se apoya en ingredientes de despensa y de temporada: legumbres, verduras, carnes y dulces de horno. Con ese punto de partida, el equilibrio nutricional no depende de “cambiarlo todo”, sino de ordenar el menú y elegir bien las cantidades. Cuando la base del plato la ocupan verduras y legumbres, el conjunto se sostiene mejor, incluso en jornadas de celebraciones.
Entrantes: variedad para compartir sin saturar
El aperitivo suele reunir embutidos, quesos, marisco y entradas frías, con una lógica muy festiva: variedad para compartir. Para no saturar la comida desde el minuto uno, ayuda alternar productos más grasos con opciones sencillas, como ensaladas de invierno, verduras asadas servidas en frío o fruta. También funciona reservar el pan y las salsas para el plato principal y no para el picoteo, porque esos “extras” suelen sumar sin aportar saciedad real.
Olla de Nadal y pilotes, sello castellonense de las fiestas
En fechas navideñas, uno de los elementos más reconocibles de la provincia son las pilotes de Nadal, presentes en la paella del día de Nadal y también en la olla de Nadal. Son bolas de carne y pan con especias que se preparan en familia y se cuecen en caldo o se incorporan al plato principal. En la olla, el conjunto combina legumbres, verduras y carnes, y se sirve caliente como receta central para jornadas frías. Es un menú energético, pero completo por su composición. Para que resulte más ligero, suele bastar con controlar el tamaño de las pilotes y reforzar la parte vegetal del plato.
Receta breve: pilotes de Nadal para olla o paella
Una receta habitual se prepara con carne de cerdo picada, miga de pan, huevo, perejil y especias. En muchas casas se añaden piñones y un toque de hierbabuena. Para una versión más equilibrada, conviene reducir la manteca si se utiliza, escoger carne menos grasa y formar pilotes de tamaño moderado. Se cuecen en el caldo hasta que quedan firmes y jugosas y se sirven como parte del plato principal. Si el menú incluye paella con pilotes, una ensalada de invierno como guarnición ayuda a equilibrar el conjunto y a que el plato se disfrute sin “pesadez” posterior.
Más cocina de cuchara: guisos de invierno que encajan en fiestas
Junto a los platos estrictamente navideños, la provincia conserva guisos tradicionales que encajan en estas fechas por su carácter invernal, como la olla de la Plana, basada en legumbres y verduras, con variantes más o menos cárnicas según cada casa. Su estructura, centrada en alimentos vegetales, permite equilibrar el menú de varios días. Si el día anterior ha habido asado o marisco, una olla con más verdura y menos carne actúa como una forma natural de compensar, simplemente volviendo a la cocina de cuchara.
Dulces y sobremesa: boniato, horno y frutos secos
En la sobremesa castellonense conviven turrones y dulces de horno. Los pastissets de boniato y otras pastas tradicionales aparecen junto a almendras y frutas deshidratadas. Como pauta práctica, conviene reservar el dulce para el final de la comida y evitar que se mantenga en la mesa durante horas, porque esa disponibilidad constante dispara el consumo sin darse cuenta. Una ración pequeña, tomada con calma, suele ser suficiente para mantener la tradición.
Claves para que la Navidad no pese varios días
La Navidad se encadena: comidas de empresa, reuniones familiares y celebraciones seguidas. Para sostener el equilibrio, ayuda mantener desayunos y cenas sencillas, priorizar agua y verdura y aprovechar paseos tras las comidas. Cuando el menú incluye olla o paella, un segundo plato más ligero y una sobremesa más corta pueden ser suficientes para disfrutar sin convertir la fiesta en una semana de excesos.

