ASCER alerta de que la propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para revisar la retribución regulada de la cogeneración supondría un nuevo golpe para la industria cerámica.
La orden en consulta pública para el periodo 2026-2031 introduce un ajuste inesperado que afectaría directamente a los costes reconocidos. Pondría en riesgo una tecnología clave para la eficiencia energética y la competitividad del sector. El impacto estimado en la retribución anual se sitúa en 30 millones de euros. Esto representa un descenso del 37,5% respecto al escenario actual.
¿Qué es la cogeneración?
La cogeneración es un sistema energético que permite producir simultáneamente electricidad y calor útil en una misma instalación. Aprovecha al máximo la energía consumida. Esta doble generación logra rendimientos muy superiores a los de la producción convencional. También reduce consumos y emisiones y aporta estabilidad al suministro. Por ello, se considera una herramienta estratégica para la eficiencia energética industrial. Es especialmente relevante en sectores con altas necesidades térmicas como el cerámico.
Un ajuste que no reconoce los costes reales
Según la patronal, la revisión planteada modifica el criterio de reconocimiento de costes, especialmente en lo relativo al CO₂ realmente soportado por las industrias. Además, mantiene parámetros de operación y mantenimiento que ASCER considera desactualizados y alejados del funcionamiento real de las plantas de cogeneración.
En la actualidad, el sector cerámico cuenta con 28 instalaciones de cogeneración de alta eficiencia. Estas tienen una potencia instalada de 234 MW. Son fundamentales para producir simultáneamente electricidad y calor útil con un alto rendimiento energético. Además, ayudan a reducir consumos y disminuir emisiones.
Alegaciones y marco regulatorio incierto
ASCER presentará alegaciones antes del 24 de noviembre para corregir los parámetros incluidos. Reclama un marco retributivo adecuado, estable y predecible que garantice continuidad y certidumbre. La entidad subraya que las revisiones constantes y la ausencia de un calendario claro de subastas aumentan la incertidumbre. Deterioran la situación de una tecnología que aporta beneficios industriales y energéticos al conjunto del país.
El sector permanece además a la espera del nuevo marco de subastas, aplazado hasta 2026 pese a anunciarse desde 2021. La falta de esta herramienta limita la renovación de instalaciones y su acceso al régimen retributivo. En 2025, el 37% de la potencia instalada alcanzará el final de su vida útil regulatoria de 25 años. Dejará de percibir retribución, un escenario que podría comprometer la competitividad de numerosas empresas.
Una advertencia ante el futuro energético del sector
El Secretario General de ASCER, Alberto Echavarría, advierte de que “esta secuencia de agravios hacia una tecnología eficiente y circular como la cogeneración obliga a entender que hay interés por suprimirla del mix energético en detrimento de otras tecnologías. Algo que a nuestro juicio es manifiestamente injusto e irresponsable. Incidirá en la pérdida de competitividad de muchas empresas. Puede producir serios problemas de garantía de suministro en la industria”.
Añade que “solo un mix energético diverso y competitivo nos hará garantizar la independencia energética y mantener la competitividad de la industria”.

