El mes de septiembre comienza con calles céntricas de Castellón aún en obras. Los trabajos en San Vicente, Amadeo I, Rosell, Germanías, Trullols y Echegaray siguen marcando el día a día de vecinos, comercios y conductores.
La actuación forma parte del despliegue de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), prevista para 2026. Aunque la ordenanza de movilidad está ya aprobada y las ayudas municipales para negocios afectados avanzan, la realidad es que los accesos y el tráfico en el centro siguen condicionados por zanjas, maquinaria y cortes parciales.
Calles claves en transformación
El eje formado por Amadeo I, Rosell y Germanías concentra la mayor parte de las obras. Allí se actúa en pavimento, canalizaciones y señalización adaptada a la futura ZBE. La calle Echegaray también se encuentra afectada, sumándose a Trullols, donde se ha reforzado la intervención para adecuar aceras y pasos peatonales.
Los comercios de estas vías han reclamado apoyo por la caída de clientela. El Ayuntamiento tramita un segundo paquete de ayudas de 3.000 euros por establecimiento directamente afectado.
Ordenanza de movilidad y futuro inmediato
La ordenanza de movilidad aprobada en julio entró en vigor sin votos en contra y regula tanto la ZBE como otros aspectos, como la circulación de patinetes eléctricos. El consistorio defiende que las obras son imprescindibles para cumplir con los plazos europeos y adaptar la ciudad a un modelo más sostenible.
Mientras tanto, septiembre arranca con el pulso entre la necesidad de transformar el centro urbano y la incomodidad diaria de vecinos y usuarios.

