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miércoles, diciembre 3, 2025

Rosario Raro, profesora dela UJI gana el Premio Azorín de Novela 2025 con ‘La novia de la paz’

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'Esta novela es un alegato por la paz, en este momento de carrera armamentística', destaca la autora castellonense

El Premio Azorín 2025 ha reconocido a la escritora segorbina Rosario Raro por su novela ‘La novia de la paz’. Raro es licenciada en Filología Hispánica por la Universitat de València y actualmente dirige el aula de Escritura Creativa de la Universitat Jaume I de Castellón. Entre sus obras destacan Volver a Canfranc (2015), La huella de una carta (2017),4Desaparecida en Siboney (2019), El cielo sobre Canfranc (2022),​y Prohibida en Normandía (2024)

Durante su discurso, el jefe del Consell ha puesto de relieve que “los galardonados de las 32 ediciones del Premio Azorín ensalzan el valor de la palabra” que es la herramienta para “explicar un mundo cada vez más confuso y para describirnos a nosotros mismos”.

Asimismo, ha reiterado el “profundo orgullo que supone que uno de los premios más importantes de la Literatura hispana se dé en Alicante, una provincia que apuesta por la literatura como ninguna”.

Un acto que ha contado con la presencia del conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira; el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez y el alcalde de Alicante, Luis Barcala; entre otras autoridades.

El Premio Azorín se otorga a novelas originales e inéditas en español y su objetivo es promover la literatura y el talento de los escritores en esta lengua. Es uno de los certámenes literarios más destacados en habla hispana.

Nació en 1994 de una iniciativa conjunta de la Diputación Provincial de Alicante junto con la Editorial Planeta y esta edición está dotado con 45.000 euros para la obra ganadora. Este 2025 se han presentado 643 novelas, de las que diez han resultado finalistas.

«Obra de segundas oportunidades»

En palabras de la propia autora, esta es una «obra de segundas oportunidades, en la que las protagonistas se atreven a mudar de piel». «Las cicatrices son las costuras del alma, de la memoria incluso, pero una cicatriz también significa que el dolor ha terminado», ha reflexionado.

La novela fue presentada al certamen bajo el seudónimo de Kintsugi, que en palabras de Raro hace referencia al arte japonés de «embellecer las cicatrices» con oro y otros metales preciosos, para crear «elementos artísticos de mucho más valor». De ahí el título que empleó: ‘Cicatrices de oro’.

La escritora, que también ha tenido palabras de agradecimiento para los otros nueve finalistas, ha reconocido que este Premio Azorín le ha hecho «especial ilusión» porque, aunque ella nació y es de Segorbe, parte de su familia es de Rojales (Alicante). «Este premio para mí tiene muchísimo significado. Un personaje de mi novela dice que está noche la vida la ha sacado a bailar y así me ha ocurrido hoy», ha recalcado.

«Azorín es el gran observador del tiempo detenido y quien decía que la curiosidad la tenemos que mantener. Siempre hablaba de tener la palabra certera en el momento justo. En esta noche, la que tengo que repetir y terminar con ella es gracias», ha manifestado tras alzarse con el reconocimiento literario.

Además, durante una rueda de prensa posterior a la gala, ha asegurado que pasó 35 años en los que «nadie» publicaba un texto suyo y que, hasta el momento, se ha presentado a más de cien concursos. «Por eso decía que lo más fácil es estar al otro lado», ha agregado.