Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, atendió el pasado año a 29.561 personas. Lo que supone un 16% más que en 2021. Destacando que casi la mitad de los recursos distribuidos, en concreto un 49%, se destinaron principalmente a alquileres, alimentación, suministros y orientación y formación para la búsqueda de empleo.
Pero además, otro dato singular es que la media de edad de quienes acudieron a solicitar estas ayudas ha bajado. És decir, que hay más personas que necesitan de Cáritas para seguir con sus vidas y con una edad cada vez más joven.
Estos son algunos de los datos más relevantes que se desprenden de la Memoria del 2022, presentada este miércoles donde han asistido el Obispo de la Diócesis y Presidente de Cáritas Diocesana, D. Casimiro López Llorente, el Delegado Episcopal en Cáritas, Rvdo. Sergio Mendoza y el director de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón, Francisco Mir.
En este el informe anual se destaca también que la vivienda, y ya no solo el empleo, es uno de los elementos centrales que determinan las condiciones de vida de las familias.
Por eso, Cáritas Diocesana también ha constatado que aunque el empleo es un mecanismo inclusivo necesario pero no suficiente para evitar situaciones de vulnerabilidad social, dado que la vivienda, según aseguran “se ha convertido en un pozo sin fondo de las familias y que las políticas sociales deben añadir esta problemática como uno de los derechos básicos, junto a la educación, sanidad y las pensiones”.
Carca de 30.000 personas atendidas
En total, 29.561 personas se beneficiaron, en 2022, de los diferentes servicios de Cáritas Diocesana, un 16% más que en 2021. Para ello, Cáritas destinó en la Diócesis más de 6 millones
Por otro lado, 1.776 personas realizaron donaciones económicas durante 2022 y 863 componen el voluntariado de Cáritas Diocesana.
Más familias jóvenes, más mujeres y más tiempo de atención
En cuanto al perfil de quienes demandan la intervención de Cáritas, según se ha destacado, ha descendido la edad de las familias atendidas. Cada vez son más jóvenes.
Además, el 21% de las familias han sido casos nuevos. Sobre todo, mujeres y por otro lado, ·los acompañamientos que se realizan se prolongan en el tiempo, hasta tres años, un hecho que señala un aumento de la cronificación de la pobreza y dificultades para salir de las situaciones de exclusión.
Respecto al orígen de quienes son usuarios, se han incrementado el número de personas inmigrantes procedentes de Sudamérica y Caribe.
Por otro lado, crecen las ayudas dedicadas a la alimentación, en un 35%.
Por último, en cuanto a las conclusiones que se han ofrecido en la presentació de esta Memoria del 2022, se apunta a que “el impacto de la subida del coste de la vida en general y de los gastos básicos en particular, aumenta el porcentaje de gasto que estos hogares han de destinar a comer, habitar y desplazarse, dejando muy poco margen para el resto de los gastos y nada para el ahorro“
“También se constata que el empleo ya no es un mecanismo inclusivo suficiente, pues no es un mecanismo al que todas las personas tengan acceso (hay sectores de población que tienen grandes dificultades de empleabilidad porque este mercado los expulsa) y, aun cuando se logra un empleo, la calidad del mismo es incompatible con la calidad de vida.
“Uno de los elementos centrales que determinan las dificultades de las familias en sus condiciones de vida es la vivienda”.
“Esto nos lleva a reflexionar que, si bien el esfuerzo en el mercado laboral es necesario, nunca será suficiente si las mejoras laborales van acompañadas de aumentos desproporcionados en gastos que deben hacer las familias en cuestiones esenciales. Es decir, las personas no pueden soportar cualquier precio para alimentarse, calentarse y mucho menos para alojarse”, han concluido.
