Un estudio realizado por la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) entre la plantilla del Villareal Club de Futbol, en colaboración con profesionales de la salud mental del Hospital Provincial de Castellón y de la Universitat Jaume I, evidencia la buena salud mental de los futbolistas del club, confirmando el efecto beneficioso que el ejercicio físico tiene sobre la salud mental.
La investigación, que acaba de ser publicada en la revista científica internacional Sports, se llevó a cabo entre 2020 y 2022, entre 54 futbolistas profesionales del club ‘groguet’, tanto del equipo masculino como del femenino, pertenecientes a las primeras plantillas o al segundo equipo. Para analizar su salud mental se aplicaron cuestionarios de cribado clínico de depresión, ansiedad, impulsividad y de sensibilidad a la recompensa o el castigo.
Según explican los autores de la investigación, se trata de un estudio «novedoso», dirigido sobre tres secciones de un mismo equipo pertenecientes a diferentes categorías, que analiza sistemáticamente la salud mental de deportistas de alto rendimiento. Con ello se pretende resolver la controversia de si los efectos protectores del ejercicio físico pueden mantenerse en entornos de alto rendimiento, con intensa competitividad, estrés y exigencia.
Buenos resultados en la salud mental de los futbolistas
La psicóloga interna residente del Hospital Provincial de Castellón, Lucía Bonet, autora principal del artículo, explica que “frente al 29% de media entre la población española, solo el 26,2% de los futbolistas participantes en el estudio presenta algún tipo de trastorno mental. Y solo el 24,1% ha recibido tratamiento de salud mental, frente al 26,2% de media en España. Junto a estos porcentajes, inferiores a los de la población general, también el uso de psicofármacos es significativamente menor: solo el 7,4% los ha utilizado alguna vez, frente a 18,1% en la población general«.
Bonet también destaca: “Las puntuaciones en las escalas de ansiedad y depresión en la plantilla del Villarreal CF objeto de estudio son bajas y reflejan bajos niveles de psicopatología. Se obtienen buenos resultados en la escala de impulsividad cognitiva y no planificada, así como para la sensibilidad al castigo y a la recompensa”.
El profesor Gonzalo Haro, líder del grupo de investigación TXP de la Universidad CEU Cardenal Herrera, destaca que la presencia de sintomatología e ideas de autolesión son también muy inferiores a la prevalencia que se registra entre la población general, especialmente si tenemos en cuenta que el estudio se realizó en plena pandemia de la COVID-19.
Diferencias entre primera y segunda división
En el estudio se han identificado también diferencias entre el tipo de sintomatología más frecuente entre categorías de competición.
Los jugadores de segunda división presentan más síntomas de ansiedad y depresión, así como sensibilidad al castigo. La única variable en la que los futbolistas de primera división obtienen más puntuación es en la impulsividad, pero en general presentan un mayor bienestar psicológico. Entre los resultados de las jugadoras del equipo femenino solo se detecta como diferencia una mayor ansiedad somática.
Más allá de la clínica, también hay diferencias en el perfil sociodemográfico, entre los participantes de primera y segunda división: el primer grupo, de mayor edad, incluye a un mayor porcentaje que viven en pareja, con más hijos y mayores ingresos económicos. Independientemente de la categoría profesional, las mujeres tienen menor salario y conviven con amistades más frecuentemente que sus compañeros varones, quienes suelen vivir con sus progenitores.
Deporte, una defensa ante la enfermedad mental
Por parte del Villarreal CF han participado en la elaboración del estudio Héctor Usó, miembro del departamento de Salud del club, e Isabel Almodóvar, responsable de Investigación del club, profesora de la Universitat Jaume I y responsable del proyecto. Ambos afirman que “el análisis de la salud mental en deportistas de élite permite concluir que la actividad física de elevada intensidad asocia más beneficios que perjuicios, más allá de las exigencias y el estrés propios de la alta competición”.
Ello se evidencia con los parámetros que se obtienen en las diferentes escalas psicométricas y que descarta la presencia de enfermedad mental. Por tanto, el estudio permite corroborar el efecto protector de la actividad física, a la hora de prevenir problemas de salud mental.
Además de los investigadores mencionados, en el estudio también han participado la doctora Ana Benito, psicóloga clínica en la Unidad de Salud Mental de Torrent, y Marc Peraire, psiquiatra de la Unidad de Hospitalización Breve del Hospital Provincial de Castellón.