El Ayuntamiento de Almassora repartirá unas novedosas pulseras que detectan drogas en las bebidas para evitar agresiones sexuales por sumisión química durante las fiestas patronales de la Mare de Déu del Roser.
La alcaldesa, María Tormo; la concejala de Seguridad Ciudadana, Silvana Rovira, y el intendente de la Policía Local, José Alós, han presentado en la comisaría de la Policía Local esta herramienta innovadora llamada Pulsera Centinela Premium, que se distribuirá en los puntos violeta, ubicados en el recinto de fiestas, así como en varios espacios de la Unidad de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas (UPCCA).
“Queremos garantizar entornos sociales seguros para nuestras jóvenes a través de esta avanzada tecnología”, ha señalado la alcaldesa, quien ha resaltado que estos dispositivos, de los cuales se han adquirido cerca de un millar, protegen a las mujeres de sustancias peligrosas y disuaden a posibles agresores. “Sabemos que estas pulseras se repartieron en las últimas fiestas de San Fermín y creemos que son un buen dispositivo de prevención”, ha indicado Tormo.
Por su parte, Rovira ha señalado que estas pulseras cuentan con un test que detecta 22 tipos de drogas basadas en aminas. Esto incluye ketamina y benzodiacepinas, que son comunes en la adulteración de bebidas. El segundo test está especialmente desarrollado para identificar GHB, una de las drogas más utilizadas en casos de sumisión química.
El uso de estas pulseras es rápido e intuitivo. Se deposita una gota de la bebida sobre el test y en unos cinco segundos se obtiene el resultado. Se puede escanear el código QR que hay para obtener una interpretación rápida de los resultados, ya sea negativo o positivo. También se puede llamar al 112 y geolocalizar la ubicación en caso de emergencia.
Estas pulseras se suman a los tests rápidos que habrá en los puntos violeta y que realizan las responsables de estos espacios que dependen de la Unidad de Igualdad de la Concejalía de Bienestar Social.
De igual modo, cualquier persona que lo quiera podrá disponer de tapavasos reciclables para evitar lo que un desconocido les eche una sustancia estupefaciente en la bebida, una práctica conocida como spikin